Mientras pensaba en este viaje y hasta qué punto sería posible, el mero hecho de poder consultar otras páginas web de personas que ya habían hecho proyectos similares fue una fuente de inspiración enorme y también una base de datos casi infinita que acabaron por convencerme primero a mí mismo y luego a mi entorno de que no era una locura.
El testimonio en primera persona de tanta gente narrando como este viaje personal les había cambiado la vida fue el empujón decisivo para tomar la decisión de hacerlo. Dar gracias especialemente a Raimon (bicicletaimanta.cat) por tus consejos, tu paciencia y tu pasión por la bicicleta y por este mundo en el que vivimos. Se agradece de corazón encontrar a gente que de forma desinterasada comparta sus experiencias y que no intente hacer un negocio de ello. Dicho esto, seguro que hay muchas otras páginas web que pueden llegar a ser interesantes, pero querría dar prioridad a aquellos que lo hacen de forma desinteresada. Seguramente la lista vaya augmentando a medida que me vaya cruzando con más ciclistas con ganas de pedalear por el mundo.